Paulownias

El árbol de la vida existe y se llama Paulownia

Paulownia

Una de las 11 «Paulownia» que se han plantado en el centro.

Crece hasta 27 metros, incluso en suelos estériles que sus raíces salvan de la erosión y que nutre con sus hojas ricas en nitrógeno cuando se descomponen.

De origen chino se caracteriza por sus flores lila, también se le conoce como kiri o árbol emperatriz. Comenzó siendo utilizado como árbol ornamental y de esta forma pasó a Europa en el siglo XIX. Hoy es catalogado como el «árbol de la vida» y utilizado en Texas en el programa The Kiri Tree Revolution, que pretende plantar mil de estos árboles para recuperar del suelo con sus insuperables propiedades «pioneras» en suelos estériles.

Sus gruesas y profundas raíces salvan de la erosión los suelos y además le hacen resistente al fuego y al frío y otros tipos de agresiones. Sus grandes hojas, ricas en nitrógeno, una vez que se descomponen, enriquecen el suelo otorgándole nuevamente la capacidad de generar vida. Por si fuera poco,  absorbe diez veces más dióxido de carbono que cualquier otro árbol y emite grandes cantidades de oxígeno, siendo clave en el combate de la contaminación y el cambio climático.

Hay que destacar que su madera no presenta nudos y es de fácil secado, por lo cual es muy buen material. Sus hojas sirven de alimento para los animales, por lo cual también sirve para desarrollar industria.

Vive hasta 100 años y retoña hasta 5 veces del mismo tronco. Puede crecer tanto en planicies como en montañas.